La Estación Experimental Agroindustrial de Tucumán desarrolló la 1º caña de azúcar transgénica.
La Estación Experimental Agroindustrial Obispo Colombres (EEAOC) de la provincia de Tucumán, desarrolló la primera caña de azúcar transgénica en Argentina y su aprobación oficial es resistida por los Ingenios azucareros. Por lo tanto, la decisión del momento más oportuno de la utilización de esta nueva tecnología está en manos del sector productivo.
Jorge Scandaliaris, jefe de la Sección Caña de Azúcar de la EEAOC, explicó que tras casi diez años de investigación «el sector cuenta con una nueva tecnología resistente al herbicida glifosato que le permitiría mejorar sustancialmente su producción ya que resolvería en gran parte uno de los problemas más grandes que tiene el cultivo como son la malezas».
Según informa la agencia NA, la aprobación de la caña de azúcar transgénica estuvo a punto de ser publicada en el Boletín Oficial, pero la insistencia de la dirigencia azucarera habría logrado frenar el intento.
Los Ingenios de Jujuy, Salta y Tucumán agrupados en el Centro Azucarero Argentino (CAA) hicieron saber recientemente a través de un comunicado que «la industria azucarera argentina presta apoyo a todas las iniciativas tecnológicas que tiendan a incrementar la productividad de la caña de azúcar».
Aseguraron que en «el país existen dos instituciones con reconocimiento mundial dedicadas a la investigación y desarrollo de nuevas variedades que contribuyan al cumplimiento de este objetivo: la Chacra Experimental Santa Rosa en Salta y la Estación Experimental Agroindustrial Obispo Colombres en Tucumán».
No obstante, aclararon que «toda estrategia, toda política tecnológica que se adopte con el propósito de potenciar el desarrollo de la caña de azúcar debe basarse en un concienzudo análisis de los impactos que podrían tener en los mercados nacional e internacional, y contemplar la opinión institucional del sector».
En este sentido se destacó que «la aprobación de una Caña Genéticamente Modificada hoy es contraria a los intereses azucareros de la actividad, sean éstos de industriales o de cañeros», aseguran.
Advirtieron que «en un mercado mundial sobre-ofertado de azúcar, con pocas posibilidades de que encuentre equilibrio en el futuro cercano y con menores posibilidades de un repunte de los precios transaccionales, una medida semejante influiría negativamente en los precios de nuestros azúcares y acarrearía la posibilidad del cierre de algunos mercados».
Además «debe recordarse además que muchos países son muy sensibles a los productos obtenidos por modificaciones genéticas y otros directamente impiden su comercialización. Por ejemplo, conocida la posición anti OGM en Chile, habría inconvenientes en ese mercado adonde se destina un volumen muy importante de las exportaciones de azúcar», manifestaron.
Asimismo que el argumento de que la caña GM «tendrá como destino el bioetanol combustible no es aplicable en toda su extensión a la realidad de la industria porque todavía hay importantes saldos exportables de azúcar, situación que no se prevé que pueda cambiar en el mediano plazo». «La medida puede, además, acarrear consecuencias negativas sobre la mano de obra que ocupa el sector, tal vez no de forma inmediata, pero sí en el futuro cercano», afirmaron.
También informaron que «solamente dos países, ambos importadores de azúcar, han liberado comercialmente eventos de transgénesis para producción de azúcar: los EEUU, con remolacha azucarera resistente al glifosato, e Indonesia, con caña resistente a sequía. Los dos destinan el 100% de sus producciones a los mercados internos».
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Fuente: http://www.sitioandino.com/nota/176588/