Melón “made in Honduras”
No habían pasado ni 24 horas cuando la transnacional reunió a los integrantes de la junta directiva y los hizo renunciar al Sindicato. Tras un segundo intento fallido, en el mes de abril el STAS volvió a conformar una subseccional, esta vez en Melon Export SA (Melexsa).
La reacción de la empresa fue aún más brutal.
“Antes de que pudiéramos notificar la conformación de la subseccional la empresa despidió a 21 trabajadores, incluidos los directivos que, además, tenían un contrato permanente”, dijo a La Rel, Nelson Núñez, asesor técnico del STAS y de Festagro2.
“No nos dimos por vencidos y volvimos a nombrar a otra junta directiva, al tiempo que comenzamos a investigar todas las violaciones de derechos laborales que se estaban dando”, agregó Núñez.
Después de reunir todas las pruebas, 92 trabajadores y trabajadoras decidieron demandar a la empresa en los tribunales por el no pago de las prestaciones sociales adquiridas.
La subseccional del STAS denuncia que se han creado listas negras. “Vos la cagaste con esto de meter sindicatos. Ya estás colorado y nunca más vas a tener empleo”, le dijo recientemente un capataz a uno de los directivos.
Una explicación burda que para el STAS oculta el verdadero objetivo de la transnacional irlandesa: seguir acumulando ganancias a costa del sudor de las y los trabajadores.
La lista de violaciones de derechos laborales es infinita, y las que más sufren son las mujeres.
Hay mujeres con 25 o más años de trabajo en las meloneras o que ya están en edad de jubilación que siguen trabajando. Saben que nunca recibirían sus prestaciones, ni una pensión.
“Otras fueron despedidas por estar embarazadas o por haberse lesionado en el trabajo. Son muy pocas las que denuncian esta situación, porque temen represalias contra sus familiares que también trabajan en las meloneras”, añadió Membreño.
En más de una ocasión, los directivos de la subseccional han sido acosados por miembros de la seguridad privada de la empresa para que renuncien al Sindicato.
La semana pasada, el mismo Nelson Núñez ha sido amenazado de muerte.
“Dejaron una nota anónima en la oficina de Festagro en Choluteca, pidiéndome que deje de organizar sindicatos o que me atenga a las consecuencias”, dijo Núñez a La Rel.
Pese a la difícil situación, las y los trabajadores están dispuestos a seguir luchando para queFyffes cumpla con la ley.
“Se mantienen firmes. Saben que es la única forma de romper con un pasado sin derechos”, concluyó Núñez.
Varias organizaciones internacionales, incluyendo la UITA, están preparando una campaña de denuncia y pronto viajarán a la zona, y ya se pidió oficialmente la expulsión de Fyffes de la Iniciativa de Comercio Ético (ETI).