
Uno de los inmigrantes retenidos en el CAI de la Policía de la Terminal de Transportes de Cali le pide al fotógrafo de este reportaje que ingresen al baño. Desea contarle por qué salió de su país, Sudáfrica, pero “en privado”.
Junto a los orinales, el hombre habla en susurros. Dice en inglés que es homosexual y que, tras ser perseguido por esa condición, decidió viajar a Brasil y solicitar refugio. Ahora busca llegar a Medellín para visitar a un hermano enfermo y llevárselo con él de vuelta.
El resto de inmigrantes retenidos el miércoles pasado en el CAI de la Terminal cuenta una historia similar: la mayoría es de Ghana, llegaron a Colombia desde Brasil, donde supuestamente trabajan y tiene visa, y desean llegar a Medellín para visitar un familiar o un amigo. Sin embargo, pese a compartir la misma nacionalidad y haber sido retenidos por la Policía tras descender de un bus de servicio público, juran que no viajan en grupo.
Los agentes de Migración no se lo creen, por supuesto. Los inmigrantes irregulares viajan en grupo y aunque es cierto que buscan llegar a Medellín, no es precisamente por tener un familiar. Nadie viaja de un continente a otro para visitar a un hermano con apenas un morral como equipaje o solo lo que se lleva puesto.
En realidad el objetivo es llegar a Medellín, arribar después al Golfo de Urabá, para salir hacia Panamá y de ahí dar el salto hacia Estados Unidos. En los últimos tres años, 1288 víctimas del tráfico de migrantes han sido identificadas en el departamento de Antioquia. En todo el país son 4527, algo así como imaginarse una fila de 120 buses repletos de gente. Todos tras el sueño americano.
– En el caso de la Terminal de Transportes de Cali identificamos en promedio a tres inmigrantes ilegales todos los días, advierte la subteniente de la Policía Janeth Gelvez.
– ¿Todos los días?
– Sí.
II
Según un estimativo de Migración Colombia (la autoridad migratoria del país) un asiático paga entre 30 mil y 60 mil dólares para salir de manera irregular en su nación y llegar a Estados Unidos, mientras que los africanos cancelan en promedio 100 dólares por el paso en la frontera con Ecuador y entre seis mil y diez mil dólares más por el tránsito por Colombia hasta Turbo (Antioquia), donde finalmente parten hacia Centroamérica.
Los cubanos en cambio pagan 500 dólares en promedio para llegar desde Quito a la frontera con Panamá, y durante la travesía pagan otros 500 dólares para sacar papeles colombianos falsos y hacer más sencillo su tránsito por el país.
Debido a su posición geográfica, Colombia es utilizada por las redes dedicadas al tráfico de migrantes como muelle para llegar a Centroamérica y posteriormente a Estados Unidos o Canadá.
Básicamente, los lugares por los que los inmigrantes irregulares acceden al país son tres: Ipiales, Tumaco y Cúcuta. Una vez ingresan a Ipiales toman la carretera Panamericana para pasar por Pasto, Popayán, Cali, Medellín, Turbo, donde finalmente salen de Colombia por vía marítima.
Cuando ingresan por Tumaco se movilizan igualmente en lancha o barco y la ruta incluye a Buenaventura, Bahía Solano y Juradó, en el Chocó. En caso de entrar por Cúcuta podrían llegar a Bogotá, después a Cali y ahí tomar la carretera Panamericana o por el contrario llegar a Montería y de ahí a Turbo (ver mapa). En el caso específico de Cali, la ciudad es apenas una etapa más de la travesía, no la consideran como un destino final.
“Los inmigrantes irregulares son identificados en nuestro caso gracias a la información de la ciudadanía, los taquilleros de la Terminal de Transportes, los encargados de las panaderías y restaurantes y los controles que permanentemente hacemos. Por lo que conozco del tema, estas personas no permanecen mucho tiempo en la ciudad. Así como llegan, compran el tiquete para su siguiente destino”, dice la teniente Janeth.
Sin embargo, ha habido casos de inmigrantes que han permanecido en Cali hasta una semana. La policía identificó a seis hombres con nacionalidades de Nepal y Sri Lanka que fueron vistos durante 5 días en el barrio El Vallado de la Comuna 15. Fueron puestos a disposición de las autoridades migratorias. ¿ Qué hacían en la ciudad durante tanto tiempo?
“Según lo que hemos podido establecer, un barco los sacaría del país por Buenaventura. Por eso, mientras organizaban la logística del viaje y hacían los pagos correspondientes a la gente que los transportaría de manera irregular, permanecieron en Cali. Generalmente en estos casos los inmigrantes irregulares se van a sectores populares con la idea de pasar inadvertidos. Creen que la gente de estos barrios no les dará importancia, no los notará, pero fue la misma ciudadanía la que nos dio su ubicación. La casa donde dormían era de una mujer que aún no hemos logrado ubicar. Seguimos investigando”, explicó el mayor Iván Fernando Rojas, comandante de la estación de Policía de El Vallado.
En Cauca y Valle, por cierto, Migración ha identificado a 457 víctimas del tráfico de inmigrantes en los últimos tres años. En Cali, durante los últimos meses, van por lo menos 30. En Nariño, además, solo en este año se cuentan más de 100 personas retenidas, según Juan Carlos Rodríguez, subcomandante de la Policía de Nariño.
“La mayoría son cubanos. También hay gente de Nepal, Pakistán, África. Detrás hay toda una mafia. Ahora están sacando papeles falsos para hacer pasar a los inmigrantes como colombianos. También les pagan a los conductores de los buses de servicios público para camuflarlos. Hay mucha complicidad en el delito del tráfico de personas, pero estamos trabajando para capturar a los llamados coyotes, la gente encargada de mover a los inmigrantes. Son grupos muy informales, poco visibles, debido a que su tarea es llevar, montar y hasta luego. Esa informalidad y esa poca visibilidad hace complejo atraparlos. En caso de capturar a un coyote sin embargo podría ser acusado de estafa, tráfico de personas, e incluso homicidio por todos los riesgos que corre la gente durante la travesía”.
Pese a la dificultad para identificarlas, ya hay algunos resultados contra las organizaciones dedicadas al tráfico humano. En 2014, durante la ‘Operación Arena’, Migración Colombia capturó a 8 personas, entre ellas tres ciudadanos de origen libanés y cinco colombianos incluyendo dos funcionarios de la Policía Nacional y tres de la Registraduría. La red criminal ingresaba a Colombia ciudadanos de origen árabe cuyo propósito era radicarse en el país con documentos fraudulentos. Otros tenían como destino Estados Unidos.
En otra operación se desmanteló además una banda que operaba principalmente en Ipiales. Estaba conformada por 11 colombianos que se encargaban de la recepción de las víctimas, generalmente de nacionalidades asiáticas y africanas, desde la zona fronteriza de Nariño para después transportarlos hasta Panamá. La red cobraba 45 mil dólares por cada víctima.
Por cierto: un coyote puede ser judicializado, pero un inmigrante no, al menos no por esa condición (la de inmigrante). Eso explica por qué la policía no los captura, sino que los retiene, los pone a disposición de Migración Colombia, la entidad encargada de definir su situación.
Migración por su parte puede tomar la decisión de deportar al inmigrante a su país de origen, o al último país donde entró de manera regular, o buscar una nación que lo acoja, o también – si el inmigrante lo solicita – otorgarle la condición de refugiado. En ese caso se expide un salvoconducto que le permite estar en Colombia durante cinco días mientras legaliza su ingreso.
El problema, dice la teniente Janeth Gelvez, es que durante esos cinco días por lo general no legalizan nada sino que utilizan ese salvoconducto como blindaje ante las autoridades para atravesar las fronteras del país y continuar la travesía.
Según Migración Colombia en 2014 recibieron 424 solicitudes de refugio, la mayoría de cubanos (228). También solicitaron refugio ciudadanos de Nepal (87), Somalia (43), Bangladesh (22) e incluso seis de Bután, supuestamente el país más feliz del mundo.
“Hay que recordar que estas personas no son delincuentes, son víctimas de organizaciones delincuenciales transnacionales y como tal, deben recibir ayuda y asistencia humanitaria, mientras se define su situación migratoria. En Colombia el ingreso y permanencia irregular no constituye delito alguno, por lo cual no puede calificarse como “ilegal” la situación migratoria de un extranjero. Desde la perspectiva jurídica la víctima del tráfico de migrantes no es considerada como sujeto de investigación penal sino objeto de dicha conducta punible”, insiste Migración Colombia, cuyo director general es Christian Krüger Sarmiento.
El problema de ello, dice la teniente Janeth Gelvez, es que quizá los coyotes se mimetizan entre los inmigrantes, se hacen pasar por uno más de ellos, para continuar la travesía. En la Terminal de Transportes la Policía ha retenido hasta en tres ocasiones a una misma persona que asegura ser inmigrante…
El recorrido de los inmigrantes irregulares puede durar entre 6 y 8 meses. Sin embargo, Migración ha detectado casos de extranjeros a quienes les toma dos años.